Los 5 errores más comunes que cometen los padres
- Ejes Informativos.
- 19 ago 2016
- 2 Min. de lectura
Aunque el ser padres no es una tarea nada sencilla, hay que reconocer que algunos primerizos y otros no tanto, siguen cometiendo errores que generalmente son muy comunes pero que a largo plazo se deberían evitar.
Y es que investigaciones de expertos en el área y psicólogos señalan que el sobreproteger tanto a los hijos puede llegar a ser una acción que a la larga le generaría problemas en su desarrollo intelectual.
Es por ello que tomando en cuenta este importante tema, en esta ocasión hemos creado una lista con “Los 5 errores más comunes que cometen los padres” a la hora de educar a sus pequeños.
La importante lista incluye:

1.- Evitar por todos los medios que los niños cometan errores:
Muchos padres hacen lo que sea con tal de evitar que sus hijos sufran cualquier tipo de incomodidad, ansiedad o decepción; cualquier cosa poco agradable. Y, como consecuencia, cuando se hacen adultos y experimentan las frustraciones normales de la vida, piensan que el mundo se les viene encima.

2.- Vivir a través de nuestros hijos:
Los padres nos sentimos muy orgullosos de nuestros hijos. Cuando consiguen algo, nos hace más felices que si lo hubiéramos conseguido nosotros mismos. Lo cierto es que si nos implicamos demasiado en sus vidas, nos resultará más complicado ver dónde acaban ellos y dónde empezamos nosotros. Cuando nuestros hijos se convierten en una extensión de nosotros, puede que los veamos como nuestra segunda oportunidad.

3.- Entrar en una competencia por ser el mejor padre:
Todos los padres llevan algo de competitividad en las venas. Lo único que necesitan para despertar al monstruo es que otro padre ponga a su hijo por encima del tuyo.

4.- Creer que nuestros hijos son perfectos:
Los padres no quieren oír nada negativo sobre sus hijos. Cuando se menciona la palabra preocupación, o problema, la reacción suele ser atacar al mensajero.

5.- Criar al hijo que queremos, y no al que tenemos:
Como padres, nos creamos una imagen propia de nuestros hijos. Esta imagen comienza a confeccionarse en el momento del embarazo, antes incluso de saber el sexo del bebé. En secreto, deseamos que el niño se parezca a nosotros, pero un poco más inteligente y con más talento. Queremos ser su ejemplo, y modelar su vida siguiendo el patrón de la nuestra.
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