Joven discapacitado en busca de un empleo formal
- O. C. Ejes Informativos.
- 13 ene 2017
- 2 Min. de lectura

Ángel S. C., de 20 años de edad, anda en busca de empleo pues hace unas semanas fue despedido del ayuntamiento de Mérida en donde laboraba.
Un joven conocido en la Plaza Grande por conservar su sonrisa en el rostro y por el respeto a los adultos busca un empleo formal que le pueda traer ingresos para apoyar a su familia.
Para muchos, la condición con retraso mental de Ángel S.C. de 20 años de edad, pasa a segundo término, pues lo que realmente les importa son sus sentimientos. “Hay quienes al darse cuenta de mi discapacidad se burlan. Trato de no enojarme ni sentirme mal, al contrario soy yo el tolerante”, comentó.
Desde que tiene uso de razón, Ángel se ha enfrentado a diversas complicaciones, las más fuerte sucedió hace un año, cuando su padre Miguel murió por un infarto.
“Estaba en el trabajo cuando me informaron que mi papá sufrió un paro cardíaco, del cual nunca se recuperó. Desde entonces entendí que debía de seguir para adelante”, contó.
Hasta hace un tiempo el joven laboraba en el Ayuntamiento de Mérida de manera eventual. “No tengo base, ganó $2,000 quincenales. Trabajo de 7 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a viernes”, comentó.

“Mi sueldo era de mucha ayuda para mí y mi mamá, pero me gustaría trabajar en una empresa en la que tenga mis prestaciones de ley para que en un futuro pueda tener mi propio patrimonio”, declaró.
Ángel intentó en varias ocasiones buscar trabajo en el sector privado, pero se topó con varios inconvenientes, como la firma de su tutor, a pesar de que es mayor de edad, en la que se hace responsable o que la preparación académica para desempeñarse en el puesto a cubrir no es suficiente, a pesar de que tiene el certificado de secundaria.
“También me perjudica que me retraso en hacer las cosas que los demás realizan en menos tiempo. No puedo enojarme con ellos ni conmigo mismo, es una condición que tendré durante el resto de mi vida, así que más vale ver todo con calma”, detalló.
“El padrino”, como se identifica un adulto que cuida y aconseja al joven, comentó que sería muy grato para Ángel recibir la ayuda para que pueda vincularse en el ámbito laboral.
Aunque el panorama resulté complicado, Ángel no pierde las emperezas de cumplir su sueño de laborar en una tienda de conveniencia o como despachador en una gasolinera.
Otras de las habilidades adquiridas en el Centro de Atención Múltiple son la de carpintero, panadero y repostero.
Los días que no trabajaba en la Comuna, los utiliza para hacer algunos mandados y ganarse su gastada. Actualmente, Ángel anda en busca de empleo pues fue despedido por la comuna meridana ya que no tenía firmado ningún contrato.
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