5 cosas que no sabías sobre los chupetones

Aunque en la adolescencia e incluso parte de la juventud se llegó a pensar que los “chupetones” solían ser una muestra clara de amor eterno, lo cierto es que actualmente esta práctica no es bien vista por toda la sociedad.

Y es que seguramente cuando estuviste más joven llegaste a presumir de algún “chupetón” que tu pareja o amante te hizo en el cuello o alguna otra parte del cuerpo, como un símbolo de que tuviste buen sexo o faje.

Sin embargo, existen ciertas cuestiones que no son tan agradables pero que deberían conocer muy bien, en especial si fuiste o aún eres amante de este tipo de prácticas con tu pareja.

Es por ello que en esta ocasión hemos decidido enlistarte “5 cosas que no sabías sobre los chupetones”:

1.- Deja un moretón feo

El moretón es espantoso debido a que la forma es bastante particular, por lo que es fácil detectar cuando alguna boca succiono hasta el cansancio esa zona. Conforme pasa el tiempo el moretón se vuelve amarilloso hasta desaparecer, pero ese es el menor de tus problemas.

2.- Piel sensible

Si eres una persona a la que le aparecen moretones por cualquier cosa, un chupetón podría quedarse en tu piel por mucho tiempo pues es muy probable que tengas deficiencias de hierro.

3.- Podrían trasmitirte herpes

Si tu pareja tiene herpes oral y se le ocurre hacerte un chupetón porque no puede besarte, es un hecho que al entrar en contacto con la piel dé lugar al virus y posteriormente alguien tenga un brote de herpes y sí, nos referimos a ti.

4.- No hay remedios para desaparecerlo

Olvídate de la cuchara y del hielo o el maquillaje. No existe algo que haga que desaparezcan de tu piel. Lo único que puedes conseguir es disminuir la inflamación o esconderlos ligeramente.

5.- Existe una muerte por derrame cerebral

En 2011, una mujer de Nueva Zelanda sufrió un derrame cerebral por culpa de un chupetón. Su compañero de pasión le creó un coágulo de sangre en su cuello, que la llevó a una parálisis total de su brazo izquierdo y por ende, una embolia.

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