"LLEGAMOS A UNA LUCHA... DEBEN SER CONSCIENTES": MAESTROS DEL PLANTÓN EN CDMX
- Yucatán Informado
- 5 jun 2018
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Este cruce, donde ayer los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) instalaron un plantón, hace sentir a uno como en el mercado de la Lagunilla o algún tianguis. Cientos de casas para acampar, bolsas de plástico, cartones, huacales, y camiones son el lobby de esta comunidad que insiste en entablar una mesa diálogo con la Secretaría de Gobernación (Segob) para dar solución a varias demandas del magisterio como revertir la reforma educativa y reincorporar a profesores que han sido cesados por participar en marchas del gremio. Caminar aquí es lento y complejo.
Comerciantes que, por cuenta propia se colocan en esta esquina, ponen en venta sombreros, aretes, sombrillas y hasta mochilas. Algunos no conocen el motivo del plantón, pero juegan muy bien el papel de centro comercial con ofertas y gran variedad en sus artículos. "En la CNTE hay que mostrar músculo" "El sector del magisterio es el más organizado y hoy lo podemos ver. Yo laboro por aquí, en la Auditoría Superior de la Federación. Es cuestión de enfocarlo y verlo cómo tu lo sientas.
Las manifestaciones en esta zona son del diario; es el pan de cada día, pero en cuestión personal me afecta al caminar más o dejar el carro en otro lado y muchas cosas, pero también tenemos que solidarizarnos con los maestros", narra Guillermina Blas, una mujer que con prisa esquiva las casas exprés de estos manifestantes.
Pese a la complicación vehicular que se genera aquí, comparte la idea de que "en la CNTE hay que mostrar músculo", pero reconoce que ello implica "traer gente que no son maestros y que cada sector tiene su lucha.
Frente Expo Reforma, en la calle de Morelos 67, dentro de una casa de acampar naranja, tapadas con unos cobertores y sentadas sobre unos pedazos de foami están dos maestras de la secundaria de Cochoapa el Grande, en Guerrero. Ambas, quienes gastaron cerca de 380 pesos en pasajes para llegar a la capital, deciden no dar su nombre por nervios y tal vez por miedo. Ayer durante la marcha que provocó caos vial en varios puntos de la capital, "sólo comieron aire". Fue hasta hoy que un tamal y un café cayó en su estómago.
Desayuno por el que pagaron 25 pesos. "Venimos a una lucha y hay que pasar por esas cosas para valorar todo lo que logremos sea bien ganado", dice una de ellas mientras masajea sus pies.
Es su primera vez marchando en la Ciudad de México y coinciden que ser la CNTE y estar en este tipo de movilizaciones es "pasar fríos, mucho esfuerzo, muchos sacrificios, mucha lucha y desgaste". "Empezamos en Bellas Artes y de ahí no sabemos las calles exactas.
Es un recorrido de una manifestación para defender nuestros derechos, creo que cualquier trabajador defendería sus derechos. El clima de ayer no importó. Los 30 grados de temperatura y cargar banderas por varios kilómetros nos las detuvo.
"Es nuestra primera vez en la Ciudad de México, pero en otros lugares ya hemos apoyado. De hecho apenas iniciamos. Estamos aquí porque prácticamente el gobierno está evadiendo responsabilidades. En el caso de nosotras, no nos van a pagar. No nos ha generado pago sino hasta que generemos un contrato y creo que no es lo justo porque nosotras no vivimos de aire".
Conscientes de que los alumnos se quedan sin maestros a causa de estas marchas dicen que "pues estamos mal, pero no dejamos solos los grupos" y que son auxiliados con actividades en las tardes" impartidas por comisiones (de otros maestros) para que no se pierdan clases, más ahora que está por concluir el ciclo escolar. Uno no nada más viene aquí así y ya". Los motores de los camiones comienzan a escucharse. Un contingente de maestros se alista para protestas frente a la Bolsa Mexicana de Valores, en Reforma.
A unos pasos, unos cuantos profesores cargan cajas con atún y verduras que será el taco luego de marchar. Junto a ellos una mujer embarazada que cuenta los víveres que fueron donados por padres de familia antes de salir a la marcha, al menos eso dice la mujer con un bebé de siete meses. El descontento social no las frena y llamaron "a todos aquellos que se quejan del plantón a que se enteren del movimiento" y después juzgar si es a beneficio de los alumnos.
"La gente en la calle nada más nos grita y nos insulta y tienen derecho a acercarse y preguntarnos, pero no lo hacen. Juzgan, pero no se ponen de este lado. Si no luchas no tienen beneficios". Miedo y pérdida de ventas En la cantina La Onzze, ubicada en Morelos 57 esquina con Bucareli, el chef Efraín Contreras dice que como locatario de la zona, "más que a favor o en contra sí tienen sus razones, pero nos afecta muchísimo por la cuestión del ramo". "No hay ni por dónde pase la gente, nos quita mucha venta como tal. No es la primera ni la segunda vez.
Desconocemos sus motivos. No sabemos sus quejas al gobierno, pero no se ponen a pensar que pasan a arrastrar a mucha gente. Por ejemplo, la venta aquí baja hasta un 60 o 70 por ciento", dice. El miedo de quitar a los manifestantes se deja ver pues agrega que "ven difícil que se presten al diálogo.
"Ellos vienen y se plantan con el derecho de tener toda la vialidad, pero creo como ellos tienen necesidad notros también la tenemos y la gente con sólo ver el relajo, ni regresa. Nos da miedo y por eso uno no les dice nada. Se vayan a ofender. Sabemos que son manifestantes, de dónde, quién sabe, creo que como tal profesores no son. "Aquí viene hasta el abuelo, profesor no es un niño que venga. Nos quieren engañar, pero los que se engañan son ellos.
Si fueran profesores realmente, deben de demostrar su educación y su ética. Tenemos que aceptar esto y sin no ,pues asimilarlo", expresa. Frente a este establecimiento está Jesús, u n comerciante que vende gafas. Para él, este plantón es una oportunidad para trabajar. El problema es que "hay que pagar a los de vía pública y depende de cómo se pongan porque hay unos que sí son conscientes y te cobran unos 20 pesos todo el día y hay otros que son más abusivos y de 200 a 500 pesos quieren y eso ni uno lo vende".
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